J.Franz Newton, padre de la fisicaficción moderna, descubrió la ley de gravedad literaria el día en que, sentado
bajo un árbol, le cayó un libro en la cabeza.
El chichón que le salió era
proporcional al peso de la obra, y el escritor y futuro teórico comprendió que
la huella que deja un libro en la vida intelectual y en el bagaje emocional de
todo individuo es directamente proporcional a la importancia de las obras que
aterrizan en su cabeza.
De ahí la importancia de leer buenos libros.
No se ha divulgado el título del libro que propició el genial descubrimiento de J.Franz Newton, pero sí se sabe que la tapa reproducía, con
gran realismo, una manzana.
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