el mago del cuento... soy yo

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autorretrato inédito en libro, inicialmente concebido para "Sopa de sol"

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martes, 14 de febrero de 2023

14 de febrero: un cuento de amor


 LA MÚSICA POR EL BALCÓN

En lo alto de nuestro edificio viven un músico y su mujer.

Todas las mañanas, cuando la mujer saca el auto para irse al trabajo, el músico se asoma al balcón y toca el clarinete.

Tocar el clarinete es difícil cantidad, pero de la forma en que él lo hace es más difícil todavía. Como su esposa está cinco pisos más abajo, el músico toca las notas cerradas para que caigan por su propio peso y solo se abran al chocar con el suelo, esparciendo la música alrededor de ella.

La mujer del músico debe trabajar en un lugar muy importante porque siempre la veo con prisa; nunca espera hasta la última nota, cierra la puerta del auto y se va a toda velocidad, conduciendo con una mano y diciendo adiós con la otra.

El músico solo para de tocar cuando el vehículo se pierde tras los árboles de la plaza, y siempre queda un puñado de notas enteras en el suelo.

El conserje, que barre la acera todas las mañanas, las reúne con su escoba y las tira a la basura. Mientras tanto, la presidenta del consejo de vecinos llama al músico para recordarle la Ordenanza Municipal Número Tal, que prohibe lanzar desperdicios a la vía pública.


¡Desperdicios!

Ni la presidenta del consejo de vecinos ni el conserje comprenden nada.

Yo, al principio, tampoco comprendía.

¿Sabes? El balcón de mi apartamento queda exactamente debajo del balcón del músico y una nota más que otra viene a caer entre mis macetas. Yo no me molestaba por eso y todas las mañanas, al regar mis flores olorosas y multicolores, recogía las notas sobrantes y arrancaba las maticas sin color ni olor que crecían aquí y allá.

Pero el verano pasado, a la vuelta de las vacaciones, no encontré ninguna nota extraviada y en cambio hallé las famosas maticas crecidas y llenas de flores, aunque siempre sin color ni olor.

Al primer golpe de brisa lo entendí todo: ¡mi balcón se llenó de música!

Un músico enamorado es primero enamorado y después músico.

Y todos los enamorados arrojan flores a sus enamoradas.

Díganme si miento.



Con el título de "Historia musical" estrené este cuento, en su traducción al portugués por Laura Sandroni, en "Era uma vez um joven mago" (Editora Moderna. São Paulo, 1991) y en la versión definitiva de ese, mi tercer libro publicado: "Los cuentos del mago y el mago del cuento" (Ediciones de la Torre. Madrid, 1995).





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Maria Caridad et Veronica Foz

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mi primera máquina (1975-1979)

mi primera máquina (1975-1979)
biblioteca martí, santa clara, cuba, 1993
Comencé a escribir a mano, claro. Primero con lápiz (usaba los de dibujo, de mina muy dura, para no tener que estar sacando punta continuamente; así comencé a gastarme la vista y a los 15 años ya usaba gafas -"espejuelos" decimos en Cuba- de aumento). Luego pasé a los por entonces escasos bolígrafos. Cuando a mediados de los años 1970 quise comenzar a compartir mis escritos con los colegas de taller de escritura o presentarlos a premios literarios, comencé por acudir a alguna colega o amiga mecanógrafa. Una bibliotecaria de Sala Juvenil de la Biblioteca Provincial de Santa Clara tecleó mi primera novela (que ilustré... a mano, claro) y mandé al Premio UNEAC 1977. Pero mis obras eran largas y ella tenía mucho trabajo. Así comencé a teclear yo mismo en la Underwood de la foto: una máquina prehistórica, pero muy bien cuidada y de tipos redondos.
Fue al año siguiente que un amigo mexicano que partía de vacaciones, me dejó su moderna máquina portátil. En ella aprendí a teclear según las reglas del arte y mecanografié mi segunda novela, por primera vez de la primera a la última letra.
De mis máquinas posteriores no guardé ni el recuerdo de una foto, y tampoco de la máquina electrónica que utilicé durante mi estancia en Brasil '1989-1991) ni de mi primer ordenador, un Compaq portable que me acompañó 8 años. Pero esta ya es otra historia, porque en él comencé a escribir directamente sobre un teclado; abandonando para siempre la versión manuscrita previa y el enojoso mecanografiado ulterior
Lo dicho; esa es otra historia.

traducido a persa, hindi, coreano, tamul, catalán y tantos otros

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Olinda, la bella durmiente fue mi primer artículo publicado en el Correo de la UNESCO, me procuró traducciones a decenas de lenguas... en las que a veces ni siquiera supe separar mi nombre del título del artículo

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